Te extraño,
porque te has vuelto necesaria
para humectar la resequedad de mi alma,
para suavizar las grietas de mi tristeza.
Te quiero,
porque te deseo desde antes de conocerte,
porque te esperé toda mi vida,
porque eres necesaria para mi existir.
Te adoro,
porque eres mi diosa,
y postrado ante ti oro y lloro,
y te ruego, y te pido...
No me dejes.
Te deseo,
porque satisfaces todos los placeres
que mi cuerpo puede imaginar, tener o crear.
Te amo,
porque después de desearte, tenerte y conocerte,
porque después de extrañarte, quererte y adorarte...
No me queda mas remedio.
Te amo sin remedio.
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